Pintura
Joaquín Sorolla
¡Abuela, abuela!
me dices,
con tu voz de veinte meses
llena de alegría,
y yo canto
y yo río,
sólo con mirarte
sólo con sentirte.
Tú me enseñas
a jugar con la imaginación
y los sueños.
Yo aprendo
a saltar el puente
del tiempo.
Y cuando tu sonrisa
se duerme en mis brazos
una reposada nana
acude a mis labios.
2 comentarios:
Me gustaría sentirte cantar esa nana tan preciosa que le cantas a tu niña.
Las relaciones con los abuelos son mágicas y únicas.
Qué emotivo y entrañable poema, querida Marisa.
Besos
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