Aquí,
esta mañana de
noviembre
salvando
con mis
torpes manos
escarpas de
azul.
Pedirle
palabras
a un otoño
hambriento
de sol
es
arriesgarse a recibir
frágiles
vocablos de sí mismo.
Sin embargo
colándome por
alguna
de sus
rendijas,
pequeños
fragmentos
de claridad
iluminan mis
ojos.
Como precursor
árbol
de navidad
el caqui me
ofrece
su dulce
belleza.
Marisa Pintos L.