miércoles, 9 de noviembre de 2016

Para Ana






















Pintura
Joaquín Sorolla


¡Abuela, abuela!
me dices,
con tu voz de veinte meses
llena de alegría,
y yo canto
y yo río,
sólo con mirarte
sólo con sentirte.

Tú me enseñas
a jugar con la imaginación
y los sueños.
Yo aprendo
a  saltar  el puente
del tiempo.

Y cuando tu sonrisa
se duerme en mis brazos
una reposada nana
acude a mis labios.





2 comentarios:

tecla dijo...

Me gustaría sentirte cantar esa nana tan preciosa que le cantas a tu niña.

Verónica Calvo dijo...

Las relaciones con los abuelos son mágicas y únicas.
Qué emotivo y entrañable poema, querida Marisa.

Besos