martes, 10 de junio de 2014

Encendiendo farolas




















Farola  en San Sebastián  
(Rafa Martín)




Este pie
consciente e inseguro
aprende a caminar
con interrogaciones.

Atrás 
el precipitado tiempo
la locura,
por delante
el obligado paso
en la penumbra. 

Encender farolas
al precipicio,
apretar mi mano
con la suya.





10 comentarios:

De barro y luz dijo...

Hay farolas que nos dan la mano e iluminan nuestros futuros pasos... aunque no se pierde nunca cierta incertidumbre.


Bss

Nereidas-andresdeartabroblogpost,com dijo...

Original farola y poema.
Besos
André

Amig@mi@ dijo...

Creo que soy de los que nunca aprenderá a caminar sola. Ni con farola ni sin ella...
Un abrazo, Xanela

J.R.Infante dijo...

Inseguridad que se transforma con esa mano que da fuerzas.
Muy bello, Marisa.
Besos

Trini Reina dijo...

En todo caso: luz...

Besos

Adriana Alba dijo...

que sigan brillando ésas farolas querida Marisa!.
Hermosos versos, pura luz.
Un fuerte abrazo y gracias por tu amistad y cercanía.

José Manuel dijo...

Cuando hay interrogantes en el camino, lo mejor dar luz mucha luz.

Besos

Verónica Calvo dijo...

¿Acaso hay pasos seguros?
La penumbra, querida Marisa, nos acompaña. Y de ella aprendemos.
Encender farolas, con una mano que nos sostenga, siempre es de agradecer.

Bello poema lleno de sabiduría.

Besos!!!

Narci M. Ventanas dijo...

Cuando los pasos son inseguros y la penumbra nos acompaña, no hay luz mejor ni más clara que la de una buena compañía.

Besos

María Bote dijo...

Encender farolas nos rescata de las penumbras, querida Marisa y y hace que se consigan unos versos tan preciosos como los tuyos, amiga.

Enhorabuena. Besos.