Parque Nacional de Garajonay
Nos llega en el viento
cenizas y llanto,
es nube de humo
es lengua de fuego
es árbol quemado,
es silbo de duelo
de Gara y Jonay
en el bosque encantado,
es la laurisilva
que ve con espanto
como se calcinan
cenizas y llanto,
es nube de humo
es lengua de fuego
es árbol quemado,
es silbo de duelo
de Gara y Jonay
en el bosque encantado,
es la laurisilva
que ve con espanto
como se calcinan
sus miles de años.
18 comentarios:
Con cada árbol quemado se quema un poquito de nosotros mismos...
Cuánta tristeza.
Un abrazo enorme.
Un poema precioso como homenaje a toda la belleza que se ha perdido con el incendio. Abrazos
Me da una pena inmensa ver como seres vivos con mucha más historia que nosotros son calcinados convirtiéndolos en ceniza por nuestra negligencia como especie. ¿Merecemos estar en la cúspide de la creación?
No y mil veces no, por no cuidar y conservar lo que heredamos para las futuras generaciones.
Un abrazo.
Sé que te sientes parte de la naturaleza, naturaleza viva y tu poema habla mucho de ti y de todo lo que eres.
Comparto tus sentimientos.
¡Todo mi cariño!
Besos.
Es muy triste que pasen estas cosas tan fuertes. Cada trocito de bosque calcinado es una brecha en el corazón de la madre tierra. Y que bien lo has expresado con tus versos Marisa.
Un beso
Terca y sordamente nos estamos cargando el planeta. El hombre es una fiera que no respeta ni su propia casa.
los bosques de Laurisilva que cubrían toda Europa arden desde la propia leyenda de la isla. Pero es cierto que después de cada tragedia despunta un amanecer, gesto habitual del Universo. Tu poema vuelve a sembrarlos en el alma.
Bicos, Marisiña
Una tragedia en toda su magnitud.
A mi se me parte el alma cuandol la tierra arde y con ella tantos seres vivos.
Besos
En esos fuegos se quema algo de todos nosotros.
Una auténtica tragedia.
besos
El viento también nos quema la cara...
Saludos y un abrazo.
La Naturaleza es la madre de la raza humana, se puede llamar hijo a quien quema a su madre.
Besos
Los incendios son terribles, este verano hemos tenido muchos, es una pena.
Un abrazo fuerte amiga, desde mi Librillo.
Tu poema con dolor, resalta esa atroz realidad. Se quema nuestra vida en cada árbol, pero el hombre en su mandad, nos va dejando su estela como herencia «Una tierra reseca»
Gracias, Estoy a tu lado
Sor.Cecilia
No sé si la naturaleza nos perdonará...
Aqué tambien sufrimos incendios, la mayoría de las veces pòr personas que no tienen cuidado o mal intencionados.
Saludos, Marisa.
tienes razón amiga, es una pena, pero es lo que somos, destructores por naturaleza.
Un abrazo
Que pronto vuelva a brotar la vida en los bosques...tus letras ya son semillas.
Besitos Marisa.
Es llama y espanto
Es oro sin sol
Es muerte y olvido
el silbo pesante
imparable, ardiente.
Es pena. Es horror.
(Mi solidaridad con Garajonay. Con todos vosotros, canarios)
Un abrazo, Xanela
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