
Y sigo necesitando
en cada amanecer, en cada tarde
el beso en el papel de mi lápiz,
esa vida entre renglones
ese caminar constante
ese nutrir mi silencio
ese deseo de amante,
ese amor en un latido
esa alegría en el cante
ese flotar de las aves
en firmamento radiante,
esa fuente de la vida
agua de ríos y mares
esa gota de rocío
con fulgor de diamante
la primavera en la flor
de un renacer expectante,
esa sonrisa de niño
la ternura en la vejez
en este mundo danzante
esa voz del todo…
en cada instante.