La alegría de los mirlos

 

 (1905) Henri Matisse

Las palabras vuelan

cuando ante tí

se aviva

el nublado espejo.

Suspendido en el aire:

tu aliento.

Partículas del ser

capaces

de transportar

vida al horizonte.

En un solo soplo

toda la alegría

de los mirlos.

Primavera

Pintura
Pierre-Auguste Cot - Le printemps




De tanto caminar por el pasado
ya son los dos un solo pensamiento
la fuente del ayer que hoy ha brotado
en este devenir cansado y lento.
 
 En invierno en que todo fue soñado
el amor vence al frío del momento
se revive la llama que es sustento
del latido que el tiempo no ha borrado

Se dibuja una dulce primavera
que renueva de luces y fragancia
el claro y sosegado entendimiento

Es recuerdo de aquella flor primera
que brotada en jardín de la abundancia
era pura belleza y sentimiento.

Ojos despiertos

 













Foto xanela




 De la mente
a la mano rugosa,
la palabra
palpita
en mitad de la noche.

Ojos despiertos.
Arroyo de lluvia
quiebra el silencio.

Escucha…
medita…
acaricia el aire
que conduce al sueño.

Magnolias

 Y supe que el perdón
llena de amor un vacío seco,
que vuelven a brillar estrellas
en medio de la noche,
que no hay culpa ni culpable
que compense la hora mustia.
 
Ahí afuera
una ráfaga fresca de magnolias
nos convoca,
a renovar este adentro.

Por donde el día respira

 Foto xanela
(Praia da Lanzada)




 Entre huecos de luz
se va construyendo la vida
pulsaciones que permiten
después de la penumbra
mañanas claras.

Cuántas veces
se emite la queja por un nada
y cuando la verdad
traspasa la coraza,
buscas con fiereza la grieta
por donde el día respira.

Después
de la hora perversa
una alegría,
la tabla que permite
al náufrago
llegar hasta la orilla





 
 

Donde habitamos

Foto xanela



No olvides

que también el corazón

es ternura enamorada

y crece,

crece en el silencio

de nuestro delirio.

Deja,

deja que el tiempo

se escape

entre los dedos.

Aquí,

en este tibio rincón

donde habitamos.

Al calor de la existencia

 

Foto xanela




Aunque sé ,
que todo tiene su tiempo,
yo no me quiero
en el frío.
Pensamiento entumecido
que siempre
busca su tino
al calor de la existencia.

Con un soplo,
solo un soplo
de aire puro y agua fresca,
se va abriendo camino
la humana resistencia.