jueves, 19 de febrero de 2015

Magnolias

















 Y supe que el perdón
llena de amor un vacío seco,
que vuelven a brillar estrellas

en medio de la noche,
que no hay culpa ni culpable
que compense la hora mustia.

 
Ahí afuera
una ráfaga fresca de magnolias
nos convoca,
a renovar este adentro.




12 comentarios:

Nereidas-andresdeartabroblogpost,com dijo...

Recompongamos los adentros, al compás de las magnolias; sí el amor siempre lleva implícito el perdón
¡Se notaba tu ausencia!
Besos
André

Marinel dijo...

Como dijo Shakespeare, el perdón es como lluvia suave que cae del cielo a la tierra y es dos veces bendito, bendice al que lo da y al que lo recibe.
Precioso poema.
Besos.

Sir Bran dijo...

El perdón y las magnolias, dos cosas qua pueden ser tan hermosos como tus poesías. Desde luego es muy necesario perdonar... "El que ama es tan incapaz de ver las cosas malas como de ver las cosas buenas el que odia", bien escrito. Un beso.

Verónica Calvo dijo...

El perdón verdadero es así.
Y esa ráfaga fresca de magnolias siempre convocan a una nueva etapa libre de cargas.

Hermoso y profundo poema, querida Marisa.

Besos

José Manuel dijo...

Así debe sentirse el perdón, como una fragancia de magnolias.

Besos

De barro y luz dijo...

Y si no el perdón, por lo menos el olvido o la comprensión...el resentimiento y el odio pudren al que lo siente.
¡Venga esa ráfaga de magnolias!


Bss

Alicia María Abatilli dijo...

Creo las magnolias limpian todo desamor.
Vamos por ellas.
Abrazos

Nines Díaz Molinero dijo...

Hermoso poema, Xanela.
Especialmente los últimos versos de la primera estrofa.

Un abrazo muy fuerte.

J.R.Infante dijo...

Aire fresco que traerá lo que en el fondo se desea.
Bellos versos, Marisa.
Un abrazo

Adriana Alba dijo...

El perfume del perdón es bellísimo, como tus versos.
Besos Marisa.

Olga i Carles (http://bellesaharmonia.blogspot.com dijo...

Y Su Gran Perfume nos ofrece una Vida Digna.

Gracias.
Un abrazo.

LA ZARZAMORA dijo...

Sí, dejarse mecer por ese viento que renueve las alas, y desplegarlas hacia el próximo vuelo.
Besos, Xanela.