Pintura:
Modigliani
Dime,
tú que navegas
el otoño de mis días,
que calmas con tu presencia
la mustia piel dolorida
Dime,
qué debo hacer
para ahuyentar
de la noche
esa bestia que me aulla,
ese viento que me silba
Dime
cómo llenar de esperanza
la torpe mano vacía,
cómo sacar del alma
la triste melancolía.
6 comentarios:
No sé quien pudiera...
La Melancolía tiene armas de mujer y vuela por los entresijos más recónditos del ser.
Un beso y abrazo enormes, Xanela.
Otros para tí
mi querida
Zarzamora.
Nadie mejor para responder que quien navega por el otoño de tus días.
Bicos
Querida Alís bendito sea cualquiera
que lea y conteste las preguntas
del poema.
Mil besos
Solo queda el pasar de los días, una buena compañía y la Poesía.
Inmenso poema, querida Marisa.
Besos.
Gracias a todos por vuestros amables comentarios.
Abrazos inmensos
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