No le digas
esto,
ni tampoco aquello.
No, no digas
nada.
Deja que hable
el gesto,
el veraz te quiero
sin mediar
palabra.
(Foto xanela)
Ya no hay sombras,
ya no hay noche
ni pesadilla
de sueño
La brisa trae un saludo
en las rizadas olas
de aliento.
No hay nada más
excitante
que hacer llegar
a las vísceras
este mar oliendo
a fresco.
Qué te invade
qué te aviva…
qué muta
tu pensamiento.
En la escasez
la abeja no liba
Cuando en el páramo
brota la flor
el pie se mueve
por indulgente
sendero.
En lo más hondo
anida el frescor.