He llegado a tus orillas para que la tarde me vista de azul y agua, para que rompas en mí tus olas y arranques todo lo viejo, para que sea tu fuerza la que ondee mi cuerpo de espuma blanca
Querer atrapar el mundo entre las manos cuando no somos más que un pedazo de barro, es creer ser inmortal cuando la nimiedad puede matarnos, somos un calendario prestado soltando las hojas del tiempo, trapecistas del espacio cazando burbujas de viento
más algo hay en nosotros algo único que trasciende de lo humano al infinito.
Es así de pronto como te siento todo tú amado mío, después de un cielo oscurecido después de un invierno casi vencido, asoman al presente cantarina fuente lecho florido
hallo en tu pecho lo que mi alma anhela la caricia, el sueño brote de amor, dulce gemido resplandor, latido fiel ambrosía en la paz de tu ribera mi corazón por siempre al tuyo unido.
Redescubriendo el ayer me doy cuenta que la infancia ha sido adulta, mezcla de necesidad y ternura han hecho la columna vieja
la juventud nos ha encontrado, tú en mí y yo en ti nos lo hemos repartido todo, desde la alegría y el gozo hasta la incertidumbre y el miedo, han hecho fuerte el débil armazón para enfrentarse a la vida
abrazamos la madurez tú en mí y yo en ti experiencia y sentimiento en la calma de esta bahía, unas veces se oscurece y otras sus aguas se iluminan.