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Bajo el manto de la noche
con gran farol en los cielos
sones de violines
esparcen los grillos
al viento.
Es el croar de la charca
repique de castañuelas
bañado de chapoteo.
Suave el fluir de la brisa
que le susurra a las hojas
y hace sonar su canto.
Se suman al gran concierto
perfumes de sal y yodo
con melodía de mar.
El alma respira el contento,
acuna la música el sueño
en un dulce palpitar
se llena de vida
el silencio.
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