
La lluvia sigue cayendo
yacen los campos mojados
se han desatado los cielos
los mirlos están callados.
Sobre el monte negra nube
que abastece los regueros
que saltando entre las rocas
van inundando senderos.
Aguanta el roble desnudo
azotado por el viento
parece un triste fantasma
recién salido de un cuento.
El musgo todo lo cubre
es esponjoso aposento
de ramas secas caídas
olvidadas por el tiempo.
Se llenaría la tarde
con un triste sentimiento
si no supiera mi alma
que son cosas del invierno.
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