miércoles, 30 de septiembre de 2009
miércoles, 23 de septiembre de 2009
Sintiendo el mar
Me reconozco en este mar calmado
de atardeceres y de sentimiento
volando al aire libre el pensamiento
dejando atrás fantasmas del pasado.
Lo que esperaba ya todo viene dado
en la paz de las olas y del viento
no importa alegría ni sufrimiento
si en equilibrio viene aposentado.
Se desvanece el sol en oro y grana,
se tiñen las aguas de mil colores,
se balancea el silencio en hermosura.
Del amarillo resplandece y mana
el querer de los sólidos amores
deshaciéndose en cálida ternura.
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sábado, 19 de septiembre de 2009
Momento
el espacio infinito.
Qué latido
expande
el reloj terreno.
Qué dulce
silencio
escucho en el alma.
Qué sentir
supremo
en este momento.
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sábado, 12 de septiembre de 2009
Reminiscencias

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miércoles, 9 de septiembre de 2009
Sol
domingo, 6 de septiembre de 2009
Preludio de otoño
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Hoy he despertado con la cara de la luna llena asomada a mi ventana.
Después de su lento caminar nocturno ahí está, redonda, plateada,
sobre fondo de horizonte de un tenue gris rosado.
Este domingo primeros de septiembre despierta a la vida.
Por encima de las onduladas copas verdes, aparecen cuatro torcaces que
van a posarse sobre la cima esqueleto de dos eucaliptos,
se mantienen en pie a pesar de que hace tiempo su savia haya dejado
de circular.
La bandada de gorrioncillos que pernocta sobre el árbol de hierro,
como nube alborotada sale volando.
La panadera, envuelta en su uniforme blanco deja el pan en la casita vecina.
Cuatro tórtolas la observan
desde la antena.
Se levanta una ligera brisa que lleva consigo algunas hojas secas
del ciruelo, preludio de que el otoño se cerca.
Los primeros rayos de sol iluminan las blancas fachadas al otro lado de la ría.
La luna se desmadeja.
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miércoles, 2 de septiembre de 2009
Taconeo sospechoso
Vuelves locos a los hombres
con saltitos y meneos,
con tus bailes y escarceos
escribes adioses en sobres.
¿De que te quejas ahora,
con ojos de gata en celo
que te cubriste de hielo
vestida de reina mora?.
Ya no acuden al ronroneo
de tu ágil cuerpo sinuoso
algo tienes sospechoso
que escapan de tu taconeo.
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